martes, 11 de mayo de 2010

EL ROMANTICISMO





EL ROMANTICISMO HISPANO AMERICANO

El romanticismo fue una reacción frente a la tradición establecida; propugnada la emancipación del individuo, cuyos rasgos particulares parecían correr el peligro de disolverse en la colectivización social creciente. Lo subjetivo, lo irracional y lo imaginativo empezaron a abrirse paso en un movimiento que planteó un giro total hacia lo humano, la naturaleza y la belleza inalcanzable, ideal y sublime. Los artistas románticos buscaron una huida de la realidad circundante, en busca de los territorios menos explorados, dando rienda suelta a la fantasía, la emoción y el encuentro con la naturaleza y la historia.

La literatura hispano americana se hace romántica por influjo de Europa. El 9 de diciembre de 1824 se libra la batalla de Ayacucho, que señala el fin de las guerras de independencia y, por ende, de la dominación española, y del establecimiento de las repúblicas. Los territorios que España poseía en América, excepto Puerto Rico y Cuba, nacen a la vida libre y se definen desde el punto de vista histórico, social y natural (Romanticismo Literario, 2007, Enrique Anderson, 2003).

El romanticismo, primer movimiento literario en la vida libre del Nuevo Mundo, llega a América a través de dos vías:

- La del Atlántico, con el escritor argentino Esteban Echeverría (1805-1851) al regresar de París en 1830.

- La del Pacífico, con los españoles Fernando Velarde (1821-1880) y José Joaquín de

En verdad, la cronología del romanticismo prueba que su presencia fue larga y que alcanzó para cubrir dos o más generaciones; incluso, cuando aparecen tendencias de signo opuesto en el campo de la prosa, el espíritu romántico se resiste a desaparecer y se metamorfosea bajo distintas apariencias que le insuflan nueva vida e incluso le permiten alcanzar su verdadera grandeza. Ejemplos de eso son las tradiciones de Ricardo Palma y la poesía gauchesca, que no son formas ortodoxas del romanticismo pero sí reflejos o síntesis americanas de su espíritu. El romanticismo estimuló además la identidad o conciencia colectiva de cada comunidad hispano americana y dio origen al concepto de literatura nacional que, unida a teorías de raíz positivista, orientaron los estudios literarios hasta entrado el siglo XX. En una palabra, el romanticismo es el fenómeno capital de la literatura continental en el siglo XIX. Para justificar esa afirmación, bastaría mencionar a María de Jorge Isaacs, la novela más representativa de este período y otras obras de máxima importancia como el Facundo de Domingo Faustino Sarmiento, la poesía de Gertrudis Gómez de Avellaneda y Víctor Andrade, la novela antiesclavista Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde y los ensayos políticos de Juan Montalvo, entre otros (Romanticismo Literario, 2007, Encarta, 2005, Enrique Anderson, 2003)..

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